Roma y el pan nuestro de cada día
3/04/2016
El pan, exquisita obra gastronómica que degustamos con todos los sentidos y a todas horas, ese pan nuestro de cada día que convive de manera habitual en el menú de casi todo el mundo como parte básica de la alimentación diaria.
Tan sencillo y tan importante a la vez, más que un alimento, un universo de placer para el paladar.
Según Homero, había dos clases de hombres, los que comían pan y los bárbaros.
Para los griegos era un alimento ritual de origen divino que se convirtió en el sustento popular, símbolo de la comida por excelencia.
Los romanos heredaron esas costumbres, el pan era el alimento de los legionarios, de hecho en Roma había hornos públicos para la cocción de ese manjar que, con el devenir de los años, pasó a ser un elemento esencial en la mesa de todos los romanos.
De paseo por Roma, por ese mundo de texturas, aromas y sabores que evoca una rica historia de calidad y tradición, te invito a que me acompañes a un “Asalto a las panaderías”… por supuesto no al estilo Murakami, en busca del olor a pan recién horneado que alimenta nuestra tentación de comerlo en todas sus formas.
Un recorrido por 5 “Forni”, entre los mejores de la “Ciudad Eterna”, ya sea para disfrutar de un buen desayuno, de la merienda en una tarde lluviosa, de un almuerzo o cena informal.
Antico Forno Roscioli
Via dei Chiavari, 34
Abre de lunes a sábado.
- Siempre lleno de gente, difícil encontrar puesto para sentarse en el local.
- Todos sus productos son frescos y naturales, libres de conservantes.
- Atención rápida y personal amable.
- Precios un poco elevados; tradición, calidad y ubicación tienen su costo.
Entre los más antiguos de la capital y donde se hornea el mejor pan de Roma, toda una tradición que se traspasa de padre a hijos. Sus orígenes se remontan al 1972 cuando Marco Roscioli transforma e acondiciona la panadería existente desde el 1824.
El Antico Forno Roscioli es parte de la historia de la ciudad y al mismo tiempo es la historia de una familia, el resultado de la combinación de la tradición con la evolución.
Todos los días, desde bien temprano en la mañana, el olor del pan recién horneado envuelve la plaza Campo de’ Fiori. Quince quintales de pan se hornean a diario.
Sus especialidades:
Las rebanadas de pizza (pizza a taglio) la blanca rellena con mortadela (mortazza) o con pernil de cochino asado (porchetta) y la pizza roja, típica romana, delgada y crocante, súper liviana, entre las mejores de Roma, horneadas todo el día, salen calientitas cada dos minutos.
El pan de nueces, higos y uvas pasas, óptimo para desayunar o para acompañar un plato de quesos.
Pan de Kamut, bagels, las tartas de queso ricotta y chocolate.
En semana santa debes probar la “colomba”, típico dulce de la temporada con forma de paloma, te recomiendo la rellena de peras y chocolate, así como en las navidades los panetones, el relleno de frutos del bosque es sensacional.
Forno Campo de’ Fiori
Campo de’ Fiori, 22
Abre de lunes a sábado.
- Sitio pequeño y siempre atestado de gente, solo comida para llevar, no hay facilidades para sentarse a comer.
- Productos siempre frescos.
- Atención rápida y personal amable.
- Precios justos.
En pleno centro de Roma, otra panadería que es parte de la historia de esta ciudad, más de 30 años deleitando paladares de romanos y turistas que a diario hacen cola para saborear sus especialidades.
Situada en el mismo edificio donde en el año 1500 estaba ubicada “la Locanda della Vacca”, perteneciente al amante del papa Alejandro VI Borgia, a solo a 350 metros de su rival Antico Forno Roscioli.
Esta panadería igualmente ofrece trozos de pizza (pizza a taglio) blancas y rojas, pan de nueces o de aceitunas, pan de uvas pasas, bizcochos, dulces y tartas.
Te recomiendo probar la pizza blanca, en mi opinión es la más sabrosa de la capital, supera la que elabora Roscioli, no tan delgada, más crujiente por fuera y al mismo tiempo esponjosa por dentro. Puedes comerla sola o rellena, con la “mortazza” es estupenda.
Panella, l’Arte del Pane
Via Merulana, 54
Abre de lunes a domingo (los domingos cierran temprano).
- Local no muy amplio, el sistema de despacho es un poco confuso y genera retraso en los días de mucha afluencia de clientes.
- Sirven desayuno, almuerzo y cena, también hay mesitas en el exterior.
- Productos frescos y naturales.
- Atención buena, pero lenta.
- Precios elevados.
Antigua panadería, en el centro de Roma, ubicada entre las basílicas de San Giovanni in Laterano y Santa María Maggiore, hoy día también presta servicios de pastelería, cafetería y boutique gastronómica.
Otra historia de familia que desde 1922 hornea pan, pizza, dulces y todos sus derivados.
La variedad de pan que puedes degustar es impresionante, más de 70 tipos elaborados de forma artesanal, además de regocijar tu vista con las distintas esculturas que exhiben en las ocho vidrieras que asoman a la calle, todas hechas con pan, un verdadero arte.
Si visitas Roma en invierno, y quieres combatir el frío, tómate uno “Squaglio” de chocolate caliente, no es una simple taza de chocolate preparada de manera industrial, si no una fusión caliente de tabletas de chocolate fondant con excelente cacao, una verdadera delicia para el paladar.
Para un desayuno liviano y low cost, te recomiendo un sabroso croissant francés acompañado de un cafe con crema de “zabaione”, se trata de una crema hecha con yema de huevo, azúcar y vino dulce, tradicionalmente vino de marsala.
También puedes aromatizar tu café con crema de chocolate fondant, naranja, fresa, pistacho o chocolate gianduia, todas muy buenas, originales y exclusivas de Panella.
Los sábados y domingos, el buffet-brunch es delicioso y bien surtido, por un precio único el personal encargado te servirá las veces que quieras.
Y si en las tardes deseas disfrutar de un momento de descanso y relax, no te pierdas el Happy Hour, a partir de las 6 pm hasta las 10 de la noche, también por un precio único tienes derecho a un cocktail y a un buffet de tapas variadas para acompañar tu bebida.
Eso sí, los precios de todos sus productos son elevados y no esperes raciones abundantes, todo viene servido en platos pequeños, pero si puedes permitírtelo, es un capricho que merece la pena.
Panificio Bonci
Via Trionfale, 34/36
Abre de lunes a sábado.
- Casi siempre abarrotado de gente, facilidades para desayunar, almorzar o cenar.
- Productos frescos y naturales, libres de conservantes.
- Atención rápida y personal amable.
- Precios un poco elevados, la calidad se paga.
Nace en noviembre del 2012, cuando el famoso chef Gabriele Bonci, el guru romano de la pizza, transforma y redecora el local del antiguo “Forno dei Fratelli Di Pietro” que por más de 50 años horneó pan para los habitantes de la zona.
Entras y el pan físicamente te rodea, te encuentras en una de esas panaderías tradicionales, de las de otros tiempos, estilo boulangerie francesa, todo está súper ordenado y en su lugar.
El olor del pan recién horneado te envuelve, es difícil decidir cual comprar, hay tanta variedad, entre las especialidades te recomiendo el Pan de Calabaza, elaborado sin agua, solo con la humedad de la calabaza, el multi-cereales con 12 tipos de harinas distintas, el de ajo, el de romero o “il pane nostro”, bautizado así por Bonci y elaborado con harinas Poggi del Lazio.
La pizza romana (pizza a taglio) tampoco puede faltar, sea la roja que la blanca, crujiente y apetitosa.
Para compartir entre varios o en caso de mucha hambre, te recomiendo el “panino al metro”, es un pan elaborado con masa muy parecida a la pizza que puedes rellenar con los ingredientes que más te gustan.
Y por último, no te pierdas los croissants de almendras, los “cornetti tiramisù” y las hamburguesas.
Panificio Mosca
Via Candia, 16
Abre de lunes a sábado.
- Establecimiento casi siempre lleno de gente, ofrecen desayuno, almuerzo y cena.
- Productos frescos y naturales, libres de conservantes.
- Atención rápida y personal amable.
- Precios justos.
Muy cerca del Vaticano, en el centro de la ciudad, otra panadería histórica. Cien años horneando pan para todos sus clientes, toda una institución, tres generaciones con tradición, experiencia y pasión por el oficio del pan.
La historia comenzó en el 1916 cuando Attilio Mosca se hizo cargo de la panadería, seguido luego por su hijo y hoy día por sus nietos.
Siempre hay gente haciendo cola para saborear sus exquisiteces, desde la calle podemos ver los hornos trabajando a toda hora y los panaderos horneando pan, pizza y dulces.
Sin duda, debes probar la “focaccina”, pequeña pizza redonda blanca o roja, la pizza blanca que también es muy buena en esta panadería y el clásico “maritozzo”, excelente para desayunar o merendar, relleno con crema o nata es una verdadera delicia.
El “maritozzo” es un panecillo dulce típico de Roma, con pasas y corteza de naranja escarchada. Su nombre se debe a la tradición de regalar este manjar en ocasión del matrimonio, el futuro esposo lo llevaba como obsequio a su prometida, de allí el nombre “maritozzo”, que sería algo así como, casi marido.
Entre sus especialidades también encontramos las tartas de pasta brisa con mermelada y queso ricotta y el “pane al farro", el farro es el cereal integral más antiguo del mundo, tiene un leve sabor a nuez o avellana y es considerado el padre del trigo.
Definitivamente, el pan está de moda.
Visitar todas estas panaderías, respirar el olor a pan recién hecho y además degustarlo en todas sus formas, texturas y sabores fue una verdadera diversión.
Me encanta el pan, comerlo crujiente y calientito es uno de esos pequeños placeres de la vida que disfruto a plenitud cada vez que puedo, la felicidad está compuesta por pequeños placeres, así que… ¡Viva el pan!
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